Este año se llevó a cabo la 6° Feria del Libro y del Escritor/a organizada por la Sociedad Italiana de San Pedro, desde el 29 de agosto al 4 de septiembre.Por razones de público conocimiento, la misma este 2020 se realiza en forma virtual.
La SADE Región Baradero San Pedro adhiere a este evento.
Compartimos las presentaciones de algunos de nuestros socios:
Gabriela Alsogaray lee a Nilda Lenticchia
Ricardo Giallorenzi
Griselda Rochetti
Diego Rodríguez
"Oro, incienso, mirra"
Por María Celina Caire
Oro, incienso, mirra es la segunda parte de la historia de Tres minutos de música de sahumerios, ambas
novelas de Jorge Sagrera. En mi
comentario sobre Tres minutos de música
de sahumerios, mencioné varios aspectos valiosos que son comunes a las dos,
así que invito al público interesado a ver también ese video.
Toda la obra narrativa de Sagrera
requiere de lectores atentos y activos, que durante el transcurso de la
historia, vayan descubriendo las pistas que el narrador va dejando, minuciosamente
elegidas. Y en Oro, incienso y mirra,
la primera pista es el título, que recuerda la epifanía bíblica del Salvador
del mundo. Los magos de Oriente son astrólogos, que guiados por una estrella
nueva, lo encuentran y le ofrendan esas valiosas especies en señal de reconocimiento.
En la historia ocurre que con ese título:
“Oro, incienso y mirra”, etiquetó el Señor Canal su caja de recuerdos valiosos.
Son los recuerdos del tiempo de su amistad con Song y Li durante su vecindad en
Argentina. Por su parte, Li ha guardado
en su caja de recuerdos en Estados Unidos, las cartas y los discos de vinilo
enviados por Canal. Ambos han muerto. Dante,
el nieto de Canal, vive en Argentina y tiene 29 años. Song, la hija de la
japonesa Li, tiene 25 años y vive en Estados Unidos. Cada uno en paralelo
recurre a la búsqueda de esos objetos cuasi sagrados, que serán su estrella de
Oriente que guíe a cada uno hacia la revelación final que dará sentido a sus
vidas.
Continuando con la filosofía zen
de la primera parte, el planteo en esta segunda es que nada de lo que ocurre en
la realidad es al azar. En el universo, existe solamente la causalidad, y los
seres se atraen como el imán al metal, orientándose hacia el amor para que la
realidad sea perfeccionada. Lo que el Señor Canal y Li no pudieron concretar,
lo concretarán Song y Dante, en una búsqueda vital paralela, aunque sin
saberlo, y su última revelación será que estaban hechos el uno para el otro.
Palabras sutiles para plasmar la
delicadeza oriental, como si fueran pinceladas suaves de acuarela pintando
paisajes soñados. Honda búsqueda espiritual del corazón humano. Belleza en las
imágenes de una prosa, que de repente se torna en lírica. Búsqueda por
desentrañar respetuosamente el Misterio que anida en la realidad. Compromiso con los valores del ser.
Oro, incienso, mirra es otra lámpara para dejarse iluminar.
"Tres minutos de música de sahumerios"
Por María Celina Caire
Tres minutos de música de sahumerios es una novela de Jorge
Sagrera, a mi modo de ver muy original, porque aborda su temática desde la
filosofía zen. Me animo a decir que aparecen numerosos elementos
autobiográficos que reflejan las búsquedas existenciales del autor.
La riqueza de esa filosofía se
vuelca en pocas páginas, por eso el libro también resulta original por su
pequeño tamaño. En su tapa, sobre una pintura zen color sepia, se integra
armoniosamente el título, proponiendo al lector desde el inicio de su lectura,
ingresar a un universo oriental. ,
La historia transcurre por los
años 90 en San Pedro, narrada por el personaje protagonista, Señor Canal, quien
se define a sí mismo como un escritor fantasma. Hombre sin vinculaciones
personales, se verá gratamente sorprendido por la transformación de su pequeño
mundo en una constelación, gracias a sus nuevas vecinas asiáticas: Song, una
candorosa e inteligente niña de padre estadounidense, y su mamá asiática, Li.
Atraído por la delicada esencia que
emana de Song y Li como un perfume de sahumerio, Canal se vinculará a ellas en
una amistad que lo convertirá en un comprensivo interlocutor. Recibirá
confidencias de hija y madre sobre el padre y esposo, internado en Estados
Unidos porque es veterano de guerra de Vietnam.
Para Song niña, la revelación
primordial sobre su padre ausente, quedará en suspenso hasta la siguiente
novela de Sagrera: Oro, incienso y mirra,
donde le será develada veinte años después.
Para Li, mujer sufriente, una
composición musical bella de tres minutos, la eleva a la eternidad, donde es
aliviada y definitivamente curada del dolor. Esa idea explica el título de la
novela.
El lector sagaz descubrirá entre
líneas la frescura y pureza de esa cosmovisión, contrastando con la fealdad del
mundo occidental con su corrupción y afán belicoso, que son mencionados por el
narrador con delicadeza como para que duelan menos.
Encontraremos toques de humor, de
ternura y de erudición, escritos en una prosa que por momentos deviene en
lírica por sus ricas imágenes.
En la edición de la novela nada
está de más y todo trasunta belleza. El lector degustará una sabiduría
milenaria, acompañada por pinturas hasta la última página. Es una lámpara para
dejarse iluminar.
Juan Bautista Silva