En mi casa no tenía acceso a la lectura, apenas unos libros
de mi hermano, que eran muy teológicos. No fui estimulada a escribir, nadie me
pidió ni me obligó a que escribiera. Pero, seguramente, debe haber habido un
estímulo subterráneo, alguna cosa que hay en las casas porque, si no, ¿para qué
mi mamá me contaba tantas historias?
Hebe Uhart (Argentina 1936 - 2018)