Queridos socios, que tengan días de felicidad en estas
fiestas.
Fuegos, de
Eduardo Galeano
Un hombre del pueblo de Neguá
en la costa de Colombia, pudo subir al cielo.
A la
vuelta contó.
Dijo que había contemplado desde arriba,
la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
-El mundo es eso- reveló- Un montón de gente, un mar
de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todos los
demás.
No hay dos fuegos iguales.
hay fuegos grandes y fuegos chicos
y fuegos de todos los colores.
Hay gente de fuego sereno
que ni se entera del viento,
y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas.
Algunos fuegos, fuegos bobos...
no alumbran ni queman; pero otros...
arden la vida con tantas ganas que
no se puede mirarlos sin parpadear,
y quien se acerca, se enciende.